Puedes repasar los elementos de la narración y su estructura aquí
Y ahora puedes hacer algunos ejercicios:
- En el cuento “La leyenda de
Carlomagno” de Italo Calvino, identifica los siguientes elementos: tipo de
narrador, punto de vista, personajes (protagonista y secundarios), tiempo,
lugar y el argumento del relato.
El emperador Carlomagno
se enamoró, siendo ya viejo, de una muchacha alemana. Los nobles de la corte
estaban muy preocupados porque el soberano, poseído de ardor amoroso y olvidado
de la dignidad real, descuidaba los asuntos del Imperio. Cuando la muchacha
murió repentinamente, los dignatarios respiraron aliviados, pero por poco
tiempo, porque el amor de Carlomagno no había muerto con ella. El Emperador,
que había hecho llevar a su aposento el cadáver embalsamado, no quería
separarse de él. El arzobispo Turpín, asustado de esta macabra pasión, sospechó
un encantamiento y quiso examinar el cadáver. Escondido debajo de la lengua
muerta encontró un anillo con una piedra preciosa. No bien el anillo estuvo en
manos de Turpín, Carlomagno se apresuró a dar sepultura al cadáver y volcó su
amor en la persona del arzobispo. Para escapar de la embarazosa situación,
Turpín arrojó el anillo al lago de Constanza. Carlomagno se enamoró del lago
Constanza y no quiso alejarse nunca más de sus orillas.
- En el texto anterior, señala el
planteamiento, nudo y desenlace. Además, ¿cómo crees que el autor logra
mantener el interés del lector? Argumenta tu respuesta.
- Explica por qué el siguiente
texto puede considerarse un cuento:
Cuando despertó, el dinosaurio
todavía estaba allí.
Augusto Monterroso
- En el siguiente texto de
carácter científico, identifica la estructura narrativa. Además, analiza
el por qué de ésta: ¿Para qué sirve la estructura narrativa en este texto?
¿crees que el texto podría prescindir de ella? ¿Qué tipo de punto de vista
se quiere reforzar utilizando la narración?
Josefina
Muriel. Una mujer de historia
Moverse
en el tiempo, sumergirse en los vericuetos del pasado para desentrañar nuestros
orígenes, ha sido la vocación de Josefina Muriel, como lo demuestran las
numerosas obras con que ha contribuido al estudio de la cultura novohispana.
A sus 89 años, Josefina Muriel —investigadora emérita y doctora en
historia, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM— sigue
atrapando el dato y recreando con rigor histórico la vida colonial. Su
entusiasmo y su curiosidad no han disminuido en más de 60 años de actividad en
esta disciplina.
Josefina Muriel se interesó por la historia desde que estaba
estudiando la preparatoria. También le gustaba escribir. Eligió la época
colonial porque en ese periodo se formó México: “Del choque violento entre la
sangre indígena y la sangre española surgen los nuevos matrimonios, las
familias, las escuelas y las instituciones que van conformando la sociedad
mexicana”.
Seducida por la belleza de las fachadas de conventos e iglesias,
Josefina Muriel se dedicó a investigar la historia de las instituciones
religiosas coloniales. La impulsaba también el deseo de saber todo lo
relacionado con las mujeres indígenas. Quizá podría descubrir algo sobre las vidas
de esas mujeres en esos espacios cerrados.
“Me metí a esto de los conventos porque una vez, yendo por la avenida
Juárez, al pasar frente al convento de Corpus Christi mi madre me dijo: ‘Mira
qué preciosa fachada; fue el convento de las indias caciques, una gran obra que
existió en la época colonial’. Eso me animó a investigar todo lo del convento y
mi estudio se publicó en el volumen 7 de la revista Anales, del Instituto de Investigaciones Estéticas. Es la primera
obra que publiqué, con planos y todo lo que había sido el primer convento”,
cuenta la doctora Muriel.
Las instituciones religiosas novohispanas poseían obras
arquitectónicas valiosísimas, verdaderos tesoros de arte que Muriel reveló en Conventos de monjas de la Nueva España,
su tesis de maestría y doctorado. “Un libro que ha tenido mucha trascendencia,
a pesar de que cuando lo propuse, mi director de tesis me dijo que ese tema no
le interesaba a nadie. Yo le contesté: tiene razón, no interesa ahora porque no
lo conocen, pero en cuanto yo lo publique, les va a interesar a todos. Y mire a
lo que ha dado lugar: ¡hasta un congreso internacional!” Después de doctorarse,
Josefina Muriel recibió una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores de España
y se fue a trabajar al Archivo General de Indias. Allí encontró gran abundancia
de información sobre las mujeres. También estudió en la Universidad de Sevilla,
en Santander y en Madrid.
Al volver a México, Rafael García Granados, director y fundador del
Instituto de Investigaciones Históricas, la invitó a incorporarse a ese centro,
donde aún trabaja, y le pidió realizar un estudio sobre los hospitales de la
Nueva España. ‟‛Creo
que será cuestión de hacerlo en unos seis u ocho meses, o tal vez menos’, me
dijo. Cada vez que lo veía me preguntaba: ‘¿Cómo va, ya terminando?’ Yo
contestaba: ‘voy terminando de empezar’”. Cuatro años de trabajo dieron origen
al libro Hospitales de la Nueva España,
que abarca desde el siglo XVI al XIX. “Se me abrió un panorama maravilloso”,
comenta la doctora Muriel, “porque decir hospitales no da idea de la magnitud
de la obra que significaron: ¿quién atendía a los indios en aquellos periodos
tremendos de las epidemias?, ¿y a los españoles, que venían hechos unos
guiñapos después de cruzar el mar? No se habría poblado México, ni habría indígenas,
si no hubiera sido por las instituciones encargadas de restaurar la salud”.
Josefina Muriel no sólo ha sido pionera en el estudio de hospitales y
conventos de la Colonia, sino también en acercarnos a las obras y los días de
escritoras, músicas, educadoras, pintoras e impresoras de la época. También fue
precursora en el análisis de las causas de la prostitución durante el
Virreinato. Actualmente trabaja sobre la primera crónica escrita por mujeres
del siglo XVI, así como en su papel en la música de la Nueva España. Ha
publicado numerosos artículos y más de 20 libros.
La doctora Muriel no ceja en su empeño de hurgar en
el pasado. Es una mujer de historia que ha logrado realizar sus deseos. Así ha
sido desde que su madre se oponía a que entrara a la universidad y ella logró
convencerla: “Neceé tanto, insistí tanto, que uno de mis maestros fue a hablar
con mi mamá y la convenció”. Lo demás es historia.
- Utilizando un narrador en
tercera persona, relata tu propia historia, ya sea de carácter ficcional o
realista. Después narra la misma historia, desde la perspectiva de uno de
los personajes, es decir, éste se convertirá en un narrador en primera
persona.
Bibliografía
Calvino,
Italo. “La leyenda de Carlomagno”. Ciudad Seva. Consultado el 24 de
enero de2010. Disponible en:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ita/calvino/leyenda.htmGarcía, Martha Elena. “Josefina
Muriel. Una mujer de historia” ¿Cómo vez? Revista
de divulgación científica de la UNAM. Consultado el 26 de enero de 2010.
Disponible en:
http://www.comoves.unam.mx/
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